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Esta es una de aquellas preguntas que siempre nos hacen los padres al ser conscientes de las dificultades de sus hijos en ciertos aprendizajes. La respuesta gira en torno a dos factores clave: la motivación por un lado y la enseñanza de estrategias de aprendizaje por el otro.
Padres, escuelas y otros servicios educativos podremos estimular la motivación de nuestros hijos o alumnos hacia el aprendizaje, compartiendo con ellos interrogantes sobre lo que experimentamos y vivimos juntos. Dialogando -tal y como hacía Sócrates- desvelaremos su conciencia respecto lo que saben y lo que les falta por saber.
Les tendremos que dar también oportunidades para expresarse como son y para disfrutar con lo que hacen, valorando lo que consiguen y sobretodo su esfuerzo y dedicación hacia la mejora personal.
El otro aspecto clave son las estrategias de aprendizaje que nos ofrecen la posibilidad que nuestro hijo o alumno aprenda autonomamente y de manera significativa. Es decir tomando decisiones sobre qué es lo que ha de hacer y qué conocimientos ha de poner en juego en función de las características de cada situación educativa.
El uso de las estrategias dependerá una vez más del estilo educativo que adoptemos los padres y profesionales de la educación. Como enseñantes no les hemos de dar el pescado sino estimular sus procesos de reflexión en torno a lo que piensan y hacen; así aprenderan a pescar
"El cerebro no es un vaso por llenar, sino una lámpara por encender"
Plutarco (50-125). Escritor griego.
Artículo publicado en la página 25 de la revista Viu l'oci: http://issuu.com/viuloci/docs/viuloci008
